Los bonos son una herramienta de inversión cada vez más popular, ya que ofrecen la posibilidad de obtener ganancias a través del pago de intereses. Sin embargo, no todos los bonos son iguales, y es importante conocer las diferencias entre los bonos garantizados y los no garantizados. En este artículo, analizaremos cuáles son las ventajas y desventajas de cada tipo de bono, para que puedas tomar decisiones informadas y maximizar tus ganancias. ¡No te lo pierdas!
Los bonos no garantizados, llamados obligaciones, se emiten sin garantía. Los inversores compran bonos no garantizados en función de la solvencia de la empresa emisora.
Por el contrario, algunos bonos están garantizados por garantías o activos específicos del prestatario. Estos bonos garantizados a menudo se denominan bonos hipotecarios.
Preguntas frecuentes sobre bonos garantizados y no garantizados
Los bonos garantizados son similares a las hipotecas. Están respaldados por los activos de la empresa, que normalmente están pignorados para cubrir el pago de la deuda en caso de quiebra del negocio. Si la empresa se declara insolvente, los tenedores de bonos garantizados tienen prioridad para recuperar su inversión mediante liquidación o venta de garantía.
Los bonos quirografarios se emiten sin garantía ni garantía. Su reembolso depende de la capacidad del emisor para generar ingresos y pagar intereses oportunamente.
Los bonos garantizados están respaldados por determinadas garantías, lo que reduce el riesgo para los inversores. Los bonos quirografarios están garantizados por la solvencia del emisor.
Los bonos no garantizados dependen de la solvencia crediticia de la empresa emisora, mientras que los bonos garantizados dependen de los activos prometidos para cubrir el pago de la deuda en caso de quiebra del negocio.
Un bono no garantizado es más común que un bono garantizado porque no se requiere garantía.