En la gestión empresarial, una de las cuestiones clave que se plantean es la clasificación de los activos en función de su duración o tiempo de permanencia en la empresa. En este sentido, uno de los activos más importantes y a la vez controvertidos es el inventario. ¿Debe considerarse como un activo a corto plazo o a largo plazo? Esta pregunta ha generado debates y opiniones encontradas entre los expertos en finanzas y contabilidad. En este artículo, exploraremos las diferentes perspectivas sobre esta cuestión y analizaremos las implicaciones que tiene para las empresas en su toma de decisiones. ¡Descubre si el inventario es realmente un activo a corto o largo plazo y cómo afecta a tu negocio!
El inventario casi siempre se considera un activo circulante. Un activo corriente es cualquier activo que proporcione un beneficio económico durante o dentro de un año.
Un activo a largo plazo es un activo que produce beneficios económicos después o durante más de un año.
La producción de inventario suele estar estrechamente correlacionada con la demanda, por lo que casi siempre se vende o produce dentro de un año, lo que lo convierte en un activo circulante.
Si se espera que un artículo en existencia se venda después de un año, es un activo a largo plazo.
¿Es el inventario un activo a corto o largo plazo? Preguntas frecuentes
Sí, el inventario se considera un activo porque tiene valor para la empresa y puede convertirse en efectivo o utilizarse para producir bienes.
El inventario es técnicamente un activo corriente porque se espera que se venda o utilice dentro de un año.
Un activo corriente es cualquier activo que proporcione un beneficio económico durante o dentro de un año.
Un activo a largo plazo es un activo que produce beneficios económicos después o durante más de un año.
La producción de inventario suele estar estrechamente correlacionada con la demanda, por lo que casi siempre se vende o produce dentro de un año, lo que lo convierte en un activo circulante.